El proyecto busca que, a través de un simulador virtual, las personas puedan recorrer distintos tipos de viviendas y dar a conocer sus necesidades dependiendo de su discapacidad, para así obtener parámetros útiles que sean incorporados en las políticas públicas chilenas para asegurar accesibilidad completa.
Una gran iniciativa es la que están desarrollando estudiantes de Ingeniería Civil de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, quienes vieron en la realidad virtual una oportunidad para las personas con discapacidad, quienes se enfrentan barreras al momento de poder optar a un hogar acorde a sus reales necesidades.
Y es que las viviendas estándar no son construidas pensando en lo que requiere una persona que vive con una o varios tipos de discapacidad, frente a ello es que se busca que, a través de un simulador de realidad virtual, las personas puedan recorrer los espacios, no solo permitiéndoles saber qué ajustes requieren dicha vivienda, sino también ahorrar en costos de infraestructuras.
El simulador de la herramienta permite hacer un recorrido a través de gafas de realidad virtual y joystick y será probado por personas en silla de rudas para corroborar la calidad del diseño. Ahí los usuarios podrán intentar realizar actividades dentro de un hogar como por ejemplo alcanzar el interruptor de luz, la manecilla de la puerta o circular por espacios angostos o escarpados.
De esta manera, se podrá experimentar un trayecto en distintos tipos de casas y viviendas sociales, cuyas pruebas buscan obtener parámetros útiles que sean incorporados en las políticas públicas chilenas para asegurar accesibilidad completa. En ese aspecto, se busca abarcar necesidades reales de las personas con cualquier tipo de discapacidad para brindarles una herramienta útil en el día a día.
Al respecto, Vanessa Vega, directora del Núcleo de Investigación en Estudios de Accesibilidad e Inclusión de la PUCV y subdirectora del proyecto, declaró que “El mayor desafío es reconocer todas las necesidades que presenta el lugar donde hacemos nuestra vida, que es el hogar, pero que usualmente no es accesible y, por ende, no les permite desarrollarse de manera completa”.
En tanto, Matías Guerrero, quien junto a Malcolm Rivera y Bastián Villalobos está a cargo de la iniciativa, recalcó que “Hasta el momento hemos visto que los espacios son más estrechos de lo que dicta la norma. Esto complica que personas en sillas de ruedas abran la puerta de manera expedita y, más aún, que los espacios normados no terminan de satisfacer las necesidades”.
El proyecto, que contempla el apoyo de universidades de España y Francia, prioriza el derecho de la autonomía de las personas con discapacidad de nuestro país, por eso en un futuro se quiere presentar al Estado para ser considerada en políticas públicas.
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